El reiki genera un proceso de armonización en nosotros. La mayoría de personas experimentan sensaciones de calma y relajo, otros no 🌀 Desde el plano físico, pueden haber latidos localizados, hormigueos y/o calor; como parte de la fluidez de la energía pasando por nuestro cuerpo. Es posible que tampoco sientas nada y también estará bien, porque la energía igual pasa y trabaja desde una forma sutil y va pelando nuestras diferentes capas emocionales, así como si fueran las capas de una cebolla, que va avanzando desde lo más externo y burdo a lo más profundo y sutil.
Como todos somos diferentes y tenemos distintos procesos y necesidades, cada quien lo experimenta desde su realidad y mundo interior, tal es así que en algunos casos, después de una sesión de reiki podrías experimentar euforia y abrirte a procesos creativos y de expresión del Ser y en otros casos, puede haber un sueño profundo, ganas de llorar, visiones y recuerdos de memorias pasadas, ganas de reír, movimientos abdominales (en esa zona tenemos un vórtice de energía encargo de nuestro poder personal y ganas de vivir) y se ve influencia de gran manera durante una sesión de reiki.
En general en una sesión de reiki se van abriendo bloqueos emociones y memorias.
Crisis curativa: que nos permiten ir liberando emociones estancadas y la fluidez natural y orgánica del PRANA o Chi (nuestra energía de VIDA). También se pueden activar algunos dolores en zonas en donde tengamos una cicatriz, pues se libera el campo etérico de aquella memoria emocional en esa zona física en donde quedó grabada dicha emoción, pues la mayoría de nuestros procesos emocionales, al ser repetitivos y crónicos desgastan nuestras capas del aura y pasan a la materia de nuestro cuerpo.
En importante aceptar este proceso y abrirte a la armonización de tu ser como un todo, logrando armonización según lo que necesites o estés preparado para recibir.
Yo lo he experimentado de forma muy armoniosa y positiva en mi vida, por ello ahora no sólo lo comparto en sesiones individuales, sino también enseño esta maravillosa práctica.
Con amor, Glo
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